Este año, la generación más joven de los Líderes Baby Boomers cumplirá 61 y los datos demográficos sencillos aseguran que la necesidad de reemplazar el éxodo de estos líderes maduros se acelerará bastante durante los próximos cuatro a seis años.

Pero, ¿las organizaciones están haciendo lo que se necesita? ¿Las prácticas actuales de desarrollo del liderazgo están preparando a las organizaciones para una transición exitosa?

Los estudios de McKinsey & Company y J.P. Donlon han encontrado una estrecha correlación entre las habilidades de los líderes de una compañía y el desempeño del mercado. Sin embargo, la investigación realizada por Deloitte y la Reserva Federal de EE. UU. muestra que la rentabilidad de los activos (ROA – por sus siglas en inglés) y el crecimiento de la productividad, ambas medidas clave del éxito del liderazgo, han mostrado un descenso constante desde la década de 1960. Los datos no hablan bien de la fortaleza de nuestras capacidades de liderazgo.

Obviamente, el liderazgo efectivo es crítico para el éxito y el desarrollo de la siguiente generación de líderes está en una etapa crítica. Ahora es el momento de hacer un balance de en dónde se encuentra y qué debe hacer para preparar con eficacia a la siguiente generación de líderes. . .

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